LA NOVELA DEL TIEMPO DE CONCHO PRIMO Y LAS "REVOLUCIONES" DE LOS GENERALES ANALFABETOS. Los años iniciales del siglo XX dominicano fueron convulsos y violentos. A la muerte de Lilís 
Heureaux, el pintoresco y temible dictador de finales del siglo XIX, se sucedieron presidencias inestables hasta el gobierno de Ramón Cáceres, Mon. La precaria paz y el progreso subsiguiente alcanzados durante el gobierno de Mon (que tuvo, a su vez, que enfrentar la insurgencia y el bandolerismo de los jimenistas de la zona Noroeste, encabezados por Demetrio Rodríguez y Desiderio Arias), vieron su fin con el magnicidio del 1911 que acabó con la vida del presidente Cáceres.
Volvieron entonces las asonadas, las “revoluciones”, los generales analfabetos de carabina y machete alzándose y adueñándose de la manigua.
Ese mundo hirsuto, violento, candente como un tizón, en que la sangre corría y nada se respetaba, ha sido narrado por distintos escritores. En mucho sentido, creó la base de justificación para la dictadura de Rafael Trujillo, pese a ser este un delincuente cuya fortuna se produjo mediante el cuatrerismo, el secuestro y el chantaje, particularmente durante su criminal estancia en el Este del país.
Una de las piezas mayores de la novela de la manigua lo es La mañosa, primera novela de nuestro gran narrador Juan Bosch, un retrato de una de las épocas más penosas de nuestra turbulenta historia:
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